Si quieres contratar los servicios de un proveedor de nube pública, no solo son importantes tus conexiones a su red. Así que, si buscas velocidad y eficiencia, recuerda preguntarle al proveedor cómo se conecta con el resto del mundo.
Mucha gente cree que Internet es un mar invisible de ordenadores y routers. Introduces información aquí y sale por allá, al otro lado del mundo o a unos metros de distancia. A la mayoría de los usuarios les da igual qué camino cogen los paquetes de datos para llegar a su destino, pero quienes se encargan del mantenimiento de las redes le prestan mucha atención.
Mientras que una LAN gigantesca la controla una única organización, Internet está formado por redes pequeñas que confluyen y se superponen en forma de mosaico. La única manera de que un usuario de la red A se comunique con uno de la red B es a través de una conexión física entre ambas redes. Esa conexión puede ser directa, a través de un router de borde entre ambas redes, o indirecta, a través de una jerarquía compartida de conexiones que permiten la transmisión de información.
Miles de redes participan en esa conexión y se rigen por acuerdos que regulan la comunicación. Las conexiones se clasifican en dos tipos:
- «IP transit». Las redes más pequeñas pagan por conectarse a las más grandes para llegar a un porcentaje mayor de Internet. Son muy pocas las redes globales de primer nivel que ofrecen conexiones a sitios de todo el mundo a través de su propia infraestructura o de acuerdos de conexión.
- «IP peering». Si dos redes tienen tamaños y niveles de tráfico similares, pueden hacer un acuerdo de conexión sin coste para ninguna de las partes. Es lo que se conoce como emparejamiento o interconexión de libre acuerdo. Si bien ninguno de los involucrados gana dinero con el procedimiento, ambos se benefician porque expanden el alcance de sus redes.
En teoría, la forma más sencilla de tener alcance global para un proveedor de servicios es a través de un acuerdo «IP transit» con una gran red de nivel 1. Un acuerdo de esas características garantiza que tu proveedor estará conectado a la totalidad de Internet, pero no que los paquetes de datos se entregarán de la manera más eficiente. De hecho, los gigantes de nivel 1 no han diseñado sus redes con el objetivo de optimizar la transferencia de datos. Tu paquete de datos viajará por todo el mundo, pero, para hacerlo, tendrá que atravesar múltiples capas de conexiones y routers hasta llegar a su destino, y eso es muy ineficiente.
Por eso, los acuerdos de «IP peering» juegan un papel fundamental a la hora de extender el alcance de las redes y optimizar la transferencia de datos. Si bien son gratuitos y no afectan a las utilidades del proveedor, demandan creatividad y seguimiento.
Algunos proveedores de servicios en la nube como Linode, en vez de conformarse con lo que ofrece un gigante de nivel 1, se esfuerzan por crear su propia combinación de redes emparejadas con redes pequeñas y medianas en distintos lugares del mundo para optimizar el tráfico de sus clientes. Esta combinación de conexiones «IP peering» se puede ajustar según la ubicación o los patrones de tráfico de cada proveedor. Por ejemplo, si el proveedor intercambia mucho tráfico con Japón, se puede crear un enlace directo con esa red y ahorrar muchas paradas intermedias en routers.
Por eso te aconsejamos que, antes de contratar a un proveedor de servicios en la nube, le consultes sobre sus conexiones de red y si está creando sus propias redes combinadas para optimizar el tráfico de sus usuarios. No olvides que la realidad no está en las presentaciones de PowerPoint, sino en los números. Un buen emparejamiento debería traducirse en tráfico más rápido para tus rutas principales, así que analiza y compara los datos que te den.
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